Agrandar las habitaciones
Todos tenemos en nuestros palacetes de alquiler algún zulo claustrofóbico en toda regla. Es decir, una habitación que se supone que tenemos que usar para algo pero en la que es difícil imaginar que quepa nada.
El espacio es el que es y no podemos hacer nada para agrandarlo pero podemos quitar la sensación claustrofóbica fácilmente. La solución: el espejo grande.
En Ikea podemos encontrar algunos a buen precio o si no siempre podemos esperar a alguna oferta del Lidl o del Plus, la cuestión es hacerse por pocos euros con un espejo vertical que al menos mida un metro x un metro.
Este espejo lo pondremos en la pared que se nos moleste más. Tenemos que conseguir que el espejo también se vea desde la puerta de entrada de forma que la primera impresión que se forme al entrar sea la de que el cuarto es más grande de lo que es. Si lo acercamos bastante a una esquina podemos generar la ilusión (al reflejarse la pared) de que el cuarto sigue por ahí.
Este truco es usado constantemente en negocios: instalaciones deportivas, tiendas, grandes almacenes, pasillos o baños que intentan que sus clientes no se agobien viendo el poco espacio del que disponen. ¿Vas a ser tú menos que ellos?